A principios del mes de febrero, la corona británica conmocionó al mundo al informar que el rey Carlos III había sido diagnosticado con un tipo de cáncer que hasta el momento se desconoce cuál es. El resultado llegó luego de que su majestad fuera intervenido quirúrgicamente debido a las complicaciones que estaba presentando con su próstata, por lo que se presume que la nueva enfermedad podría tener algo que ver con eso.
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Esto llevó al monarca a retirarse de sus actividades como máximo líder de la realeza hasta nuevo aviso mientras se realiza el tratamiento pertinente para tratar el padecimiento que afortunadamente fue detectado a tiempo. En el comunicado emitido por la soberanía, aseguran que, el hijo de Isabel II continuará siendo el Jefe de Estado y aunque todavía no pretende darle el trono a su hijo William, prefirió delegar sus funciones a otros miembros de su familia.
El sábado por la noche, el exesposo de la princesa Diana se dirigió a los seguidores para agradecerles los mensajes de apoyo que le han enviado y las ganas que tienen de que se recupere pronto. Además, habló de cómo su diagnóstico le ha cambiado su pensamiento: “Es igualmente alentador escuchar cómo compartir mi propio diagnóstico ha ayudado a promover la comprensión pública y arrojar luz sobre el trabajo de todas aquellas organizaciones que apoyan a los pacientes con cáncer”.
Aprovechando su momentáneo retiro, Carlos está recibiendo su medicación una vez por semana y se fue a descansar a la casa de campo que tiene la familia real en Norfolk, donde fue visto este domingo saludando muy feliz a quienes se encontraban a las afueras de la iglesia parroquial Santa María Magdalena cerca de Sandringham House al este de Inglaterra.
Acompañado de la su esposa, la reina Camilla, su majestad luce muy fuerte y decidido a salir de esta complicación que está presentando. Resguardándose del frío, Carlos lleva un largo abrigo color marrón y pantalones color gris, mientras que su compañera se ve de blanco con un sombrero negro.